¿Estás listo para dar?

¿Estás listo para dar?

Estimado lector, hoy me gustaría poder hablarte de tú a tú, puesto que voy a tocar un tema que es propiamente del corazón o, por lo menos, ahí es donde toca sentirlo. Hoy me gustaría hablarte de ̈dar ̈. Dar, en el sentido más amplio y completo de la palabra. Dar gratuitamente, generosamente, amorosamente. Dar sin esperar recibir. Y es que en este mundo que nos ha tocado vivir, es complicado que alguien se plantee ¨dar¨ sin esperar ¨algo a cambio ̈. Puedo asegurarte querido lector, que no en pocas ocasiones, cuando he tocado este tema, me encuentro con miradas alteradas, cuestionadoras e incluso desafiantes. ¿Cómo alguien se atrevería a decir algo así? ¿Y cómo en un entorno organizativo, en el que parece que sólo se va en busca del profit, tengo la osadía de decir que aprendamos a dar sin recibir un payback a cambio?

¿ Hasta dónde hemos llegado?

Hasta ese punto hemos llegado. No sé si mi perspectiva está cubierta por demasiada inocencia y romanticismo, pero querido lector, qué quieres qué te diga, prefiero vivir en un mundo que sí cree en dar por el mero, amor a dar. O por lo menos, pensar que hay personas en este mundo que continúan dando de todo corazón.

Dar de corazón

Dar de corazón parece una rara avis. Algo remoto y lejano, cuando en realidad, forma parte de lo más humano de cada uno de nosotros. No puedes hacerte una idea amable lector, del extraordinario poder que tiene dar. Y no estoy hablando de poder en términos de beneficio personal, de puro trueque, sino del poder sanador y multiplicador que tiene el hecho de dar. Quizá no sea algo a lo que hoy estemos tan acostumbrados. Quizá haya almas que leen estas palabras que les suena marciano hablar de dar por el mero placer de dar. Y, sin embargo, es todo lo contrario. Quizá si nos ponemos a pensar en cuántas veces hemos dado en nuestra vida a cambio de nada, con qué personas lo hemos hecho y si había algún interés consciente o invisible, te ayude a tomar conciencia. Tal vez, si en alguna ocasión nos han dado (regalado) algo sin nada a cambio, te sea más fácil entender el concepto. 

No vale decir que doy, cuando no lo siento, cuando no es real. No vale decir, ¨a mí nunca me han dado nada, por lo tanto, no veo porque yo debo hacerlo¨. Justamente por eso motivo se debe hacer. 

La magia de dar

Cuando das con amor y sin ánimo de lucro, produces una magia inigualable. Inmediatamente te sientes bien contigo mismo, porque has obrado el bien con los demás y, por ende, esa acción se refleja en ti. Los demás te devuelven sonrisas, agradecimientos, cambian tu visión de ti, amplían y abren su actitud interna, sus virtudes, sus partes más buenas y amables. Les permites creer en las personas, les permites ser grandes. Les estás mostrando amor y generosidad, les estás dando ejemplo. Quizá no lo manifiesten directa o instantáneamente.  Quizá te recorra un ligero sentimiento de ̈no debí hacerlo¨, pero en seguida hay que descartarlo. Permítete ser quien tu eres y permite a los demás ser quienes son. No puedes responsabilizarte de las decisiones, sentimientos y actitudes de los demás, pero si puedes hacerlo de las tuyas. 

Normalmente el efecto boomerang de dar sin nada a cambio no tarda en llegar. Y justo en ese momento cuando de verdad, comprendes su grandeza. 

 

 

(Visited 11 times, 1 visits today)