Es más común de lo que crees.
Hoy comparto contigo algo que me encontré esta semana en varias ocasiones. Tengo el privilegio de acompañar en procesos de coaching ejecutivo a personas maravillosas. Todas ellas llenas de ilusión, expectativas, ambición, con ganas de mejorar y llegar alto en sus compañías. Todas ellas comparten la pasión por lo que hacen y claro, en ocasiones, enfrentan retos que no viven cómo fáciles.
No nos damos cuenta, cuando afrontamos un problema o una determinada situación que nos incomoda, de todos los recursos que ya poseemos para superarla. Tendemos a pensar que nos faltan skills, o formación, o conocimientos o experiencia. Nos decimos a nosotros mismos que la situación nos supera, que no podemos ver la solución y eso genera un efecto bola de nieve y nos vuelve más ansiosos, estresados, ineficaces y ciegos.
Algunos tips
Una herramienta muy útil para estas situaciones es pensar qué le dirías a tu amigo, hermana o tío o primo en esta situación. ¿ Cómo veríamos esa misma situación desde fuera?¿ Qué herramientas o recursos podríamos utilizar en ese momento? Y las respuestas por norma general, brillan por su sencillez y a la vez, por su claridad.
Varios de mis coachees dicen ¨pero qué fácil ¿ cómo no pude hacerlo o plantearlo antes?¨Y yo les contesto, que esa es la magia del coaching, ver que lo tenemos enfrente pero que no vemos por miles y millones de pensamientos y emociones que nublan, lo más sencillo, el camino más directo a lo que queremos.
Siempre depende de uno mismo pero aprendemos
Luego claro está, nos encontramos con el cómo y con la acción. Aunque de nuevo, podemos aplicar ponernos en los zapatos de otra persona, quizá en esta ocasión de la persona con la que tenemos el ¨conflicto¨ para tratar de ver cuál es el lenguaje preciso que debemos emplear, qué es lo que queremos transmitir, qué es lo que esa persona podría esperar. Y de nuevo, la magia ocurre con fluidez y naturalidad.
Que las respuestas sean sencillas sin embargo, no implica que para nosotros siempre tenga el mismo nivel de sencillez aplicarlas. A menudo, requieren que nos posicionemos en cierto grado de incomodidad (aprendizaje), y eso implica un mayor foco en la preparación de ¨esa conversación¨ y en ocasiones, superar miedos o creencias que nos pueden limitar.
Aun así, los feedbacks que recibo hablan de naturalidad, de empoderamiento, de autenticidad, de amor, cariño y respeto hacia el otro. Y cuando nos permitimos sentirnos así y vivir las circunstancias de esta forma, damos espacio al otro, le permitimos que conecte no solamente desde la cabeza sino también desde el corazón.